Aprovechando el tiempo veraniego que tuvimos el pasado fin de semana, decidí acercarme a Yernes por su vertiente de Rañeces, para hacer una ruta que rondase los 100kms y los 1500m de desnivel para ir cogiendo un poco de fondo de cara a futuras rutas más grandes.
Salgo de casa a media mañana con un temperatura más que agradable, y más para la época en la que estamos. Más de 20º a mediados de enero no es muy normal.
Los primeros kilómetros de ruta hasta Grado son muy cómodos, ideales para calentar las piernas y sin apenas dificultades. Al ser domingo, hay mercado en Grado por lo que me encuentro un atasco importante para cruzar la villa y poder desviarme hacia el valle del río Cubia.
Tras 3kms de valle, llego a Alcubiella y me desvío hacia Rañeces, para empezar la subida a Yernes por esta vertiente.
La subida comienza fuerte, con una pendiente constante al 9-10%, así que me la tomo con mucha calma, ya que me quedan 15kms para llegar a Yernes y mi estado de forma no me permite muchos lujos, jaja.
Se gana altura rápidamente lo que permite tener buenas vistas del valle.
Tras algo más de 2kms muy duros, llego a Rañeces y me desvío dirección a Yernes. Tras pasar por una zona de ligeros toboganes llego al valle de Coalla, otro valle precioso.
Aquí la pendiente se vuelve a poner seria durante otros 3 o 4kms, con algún descansillo que da la vida.
La tranquilidad por la zona es total, sin tráfico, y con unas vistas que se vuelven más espectaculares a cada metro. A un lado la zona de Las Cruces y Las Estacas.
Al otro lado el Aramo, el Naranco, el Fario, Oviedo, el Sueve y hasta los Picos de Europa. Sin duda es una de las subidas con mejores vistas de toda Asturias.
Tras pasar esos kilómetros duros llego a una zona de cresteo que alterna zonas llanas y toboganes. A esta zona es donde llega la vertiente que sube desde Coalla.
Entro en el concejo de Yernes y Tameza y los toboganes son importantes trampas, con rampas que superan habitualmente el doble dígito.
La belleza y tranquilidad de la zona es abrumadora y permite disfrutar de cada pedalada.
Llego a Yernes con la satisfacción de haber disfrutado de una subida preciosa.
24 de enero y hay 24º a casi 700m de altura.
De Yernes bajo a la carretera que lleva a los Puertos de Marabio, dos kilómetros con unas pendientes brutales. Las fotos no hacen justicia a las rampas que hay, es casi una Cueña de les cabres.
La temperatura es tan buena que ni siquiera hace frío en las zonas sombrías y ni me tengo que subir los manguitos.
Desde aquí hasta Grado es todo bajada o falso llano descendente quitando un repecho que hay para llegar al Llanón. Tras coronar ese repecho, comienzo de nuevo a bajar y tras 1km...puuuuummmm.... reventón de la rueda trasera. Con suerte controlo la bici y veo que tengo una raja importante en la cubierta trasera.
Arreglo el pinchazo poniendo un trozo de cubierta que llevo siempre en la bolsa de las herramientas, confiando en que el apaño me sirva para llegar a casa, ya que todavía me quedan algo más de 40kms.
Bajo extremando las precauciones y parece que el apaño funciona bien, así que con calma llego a Grado y me desvío hacia Oviedo.
Vuelvo a Oviedo por la general, sigo bajando sin forzar, pero como a 1km de Trubia pincho la rueda delantera... y veo que tengo la cubierta rajada por una lado.
Arreglo de nuevo el pinchazo y de nuevo a pedalear, sin cámaras de repuesto y rezando para no volver a pinchar y quedarme tirado.
Después de esta odisea, consigo por fin llegar a casa, sin que todos estos percances arruinen el magnífico recuerdo que me llevo de la ruta y de los bellos parajes que he visitado. Esto es el cicloturismo, jaja.