Ayer llegó la Vuelta a España a los Lagos de Covadonga, por lo que decidí acercarme a ver la ronda española hasta el Fito, y de paso disfrutar de esta bella subida costera.
Me acerqué hasta Colunga en coche y así pude ver a los ciclistas en el paso por esta localidad. Primero los escapados, con Gesink y Rolland como corredores más destacados.


Y poco después el grueso del pelotón.






Tras el paso de los profesionales cojo la bici y me dirijo hacia el Fito. Primero tengo unos kilómetros llanos yendo paralelo a la costa.


Tras haber amenazado lluvia, el Fito se ve despejado.


En Loroñe comienza la subida, me esperan algo más de 7kms de subida. Los primeros kilómetros alternan rampas cercanas al 10% y zonas más cómodas.



Los últimos 4kms de subida son los más duros, con pendientes que rondan el 10% casi todo el tiempo y sin descansos.


La subida tiene varias herraduras y las vistas de la costa son espectaculares. Había subido el Fito ya dos veces, pero en ambas ocasiones había niebla. Hoy he podido disfrutar de las vistas y el puerto me ha gustado mucho más.




El último kilómetro se me hace largo pero por fin corono.






Foto de rigor en el cartel y bajo unos 400m para ver la carrera en un mirador de la costa espectacular.




Al poco ya aparecen los profesionales. Primero el mismo grupo de escapados, con Maté y Fraile esprintando por los puntos de la montaña.




Poco después aparece el pelotón, con algunos grupos de descolgados ya.











Ya sólo quedaba dejarse caer hasta Colunga. Siempre es un placer visitar la Vuelta si el entorno es tan bonito como el de hoy.
La subida a Villarquille, en el concejo de Grandas de Salime, es una dura ascensión prácticamente desconocida. Se haya situada en la carretera que une Cereijeria con San Martín de Oscos. Otra más de los infinitos puertos que ofrece el occidente asturiano, esta vez una subida explosiva.
Se trata de una buena encerrona, ya que en sus 4,9kms de longitud tiene una media de casi el 10%, y eso que tiene un amplio descanso a la mitad y de un final muy tendido. Pero cuando la carretera se inclina siempre supera el 10% y se acerca incluso al 20%.


Lo primero que hay que indicar es que en la bajada hacia el Puente de Vitos podemos ver en la ladera de enfrente la subida que vamos a realizar. La visión no es nada halagüeña ya que nos esperan terribles rampas.


En el puente sobre el río Agüeira, al lado del Molino de Vitos, comienza la ascensión.


El comienzo es durísimo, rampas constantes por encima del 10% y que llegan a alcanzar el 16%.


Tendremos un par de herraduras en esta primera parte. Las rampas tras ellas son muy duras, rondando el 16-17%.


Cuando llevamos casi kilómetro y medio de subida nos encontramos con esta tremenda recta que finaliza con una rampa del 19%.


Podemos ver en la ladera de enfrente la carretera por la que hemos bajado.


Tras casi dos kilómetros de ascensión tendremos un pequeño descanso de unos 400m que nos conducirá al pueblo de Vitos. En esta zona será mejor coger aire ya que la segunda parte de la ascensión también es muy dura.



Nada más salir de Vitos la carretera se vuelve a inclinar y supera ampliamente el doble dígito.



No nos encontramos rampas tan inclinadas como en la primera parte, pero aún así esta zona se hace muy dura.



Tras 4,5kms de ascensión, la pendiente comienza a descender ligeramente hasta llegar al área recreativa de Casa del Marco, en el pueblo de Villarquille, que marca el final de esta dura subida.



Tras un mes en el que apenas pude tocar la bici, toca volver a las grandes rutas poco a poco. De nuevo la zona elegida para rodar fue el occidente asturiano.
La ruta tenía como punto de partida y final Vegadeo, con las subidas a Sela de Fabal, Penallos, Ouroso y La Bobia por Penzol. 2900m de desnivel en tan solo 106kms.



Salimos a las 10:20 de Vegadeo. De nuevo el compañero de ruta es Javi. La ruta comienza en subida, como suele ser habitual, y más en el occidente asturiano.
Cogemos la carretera que se dirige a Taramundi, a través de la subida a Sela de Fabal.


La subida no tiene mucha historia: carretera ancha y pendientes moderadas. La parte final es más abierta y deja ya alguna vista interesante.




Tras la Sela de Fabal nos desviamos a la derecha para afrontar la encerrona del día: Penallos.


La subida tiene un comienzo demoledor, rampas sostenidas cercanas al 20% alternando asfalto y hormigón en perfecto estado.


Después las pendientes se moderan hasta llegar a un 12-13%, si es que eso es moderarse. Lo malo es que la carretera se convierte en una caleyona asturiana 100%.


Pero como lo malo siempre puede empeorar, la subida pasa a ser de hormigón rayado en estado lamentable y pendientes muy por encima del 20%. Como esta no es mi guerra decido subir andando este tramo.


Tras finalizar el tramo de hormigón llegamos a un pueblo y a partir de ahí la subida se convierte en algo normal. Asfalto aceptable y porcentajes humanos nos acompañarán durante el resto de la subida.





Tras coronar Penallos, bajamos hacia Taramundi, donde haremos el avituallamiento del día. Allí bajaremos hasta el Mazo para comenzar la subida al Pico Ouroso.


El comienzo de la subida es precioso. A través de un valle espectacular vamos ganado altura alternando duras rampas con descansos e incluso algún leve descenso.




El entorno es espectauclar y pedalear por aquí es una verdadera gozada. Lo único malo es que el sol ya nos está calentando sin piedad y la temperatura ya supera los 35º.







Tras unos 3-4kms de subida nos desviamos a la derecha y entramos en la zona más dura de la subida. Nos esperan varios kilómetros con medias cercanas o superiores al 10%. 
Al menos en esta zona las sombras son abundantes y la temperatura es agradable.



Salimos de las sombras y volvemos al duro sol. Cada vez hace más calor y la subida no da tregua.






Según vamos ganado altura la ascensión va perdiendo encanto. Sigue habiendo vistas bonitas, pero no es tan espectacular como el fondo del valle.








Tras tomar un par de desvíos, con un descansillo entre ellos. Entramos en una carretera estrecha y de pendientes duras, que se hacen aún más duras tras casi 10kms de subida.



Llegamos a un nuevo cruce para afrontar la última zona de la subida. Son unos 3kms de pendientes más moderadas y bastante desangelada. No tiene nada que ver con el espectáculo visual del fondo del valle.





Coronamos el Ouroso y bajamos hacia la Garganta, desde donde descenderemos a Vegadeo para hacer el segundo avituallamiento de la jornada.



Tras el merecido avituallamiento, nos dirigimos hacia la subida a La Bobia por otra de sus casi infinitas vertientes, esta vez la de Penzol. 20kms a una engañosa media del 5% ya que hay tres bajadas durante la ascensión.



La subida en realidad tiene pendientes muy constantes en torno al 7% que se hacen muy duras debido a los más de 35º que nos están castigando.
Tras un mes de parón noto la falta de fondo y tengo que poner el modo supervivencia en esta subida. Mucha calma y a descontar los kilómetros poco a poco.



Lo bueno es que la subida es preciosa y eso hace que el sufrimiento se mitigue.






Según nos vamos metiendo en la sierra de La Bobia van apareciendo ante nosotros los molinos del parque eólico.


Sobre el km 12-13 de subida hay un kilómetro durísimo al 13% de media que me deja en las últimas. Sudo muchísimo y me empiezan a dar amagos de calambres en las piernas.



Llegamos a los últimos kilómetros de la subida y ésta se abre totalmente. Las vistas son espectaculares.









Mi ritmo cada vez es más cansino, pero la cercanía de la cima y lo bonita que es la subida me dan el aire suficiente para continuar pedaleando.



Por fin aparece la cima ante nosotros, aunque todacía quedan dos rampas por encima del 10% para alcanzarla.







Con muchísimo suffimiento corono y ante nosotros tenemos unas vistas de quitar el hipo.




Tras pasar todo el día bajo un sol de órdago, al final de la jornada la niebla se empieza a meter desde la costa.



Tras un par de repechos llegamos al Parque eólico de Grallas. A partir de aquí ya sólo nos quedan 23kms de descenso hasta Vegadeo.


De nuevo el occidente se muestra como el paraíso para el cicloturismo de puertos. Como siempre un placer compartir pedaladas con Javi, un verdadero crack.