La potencia elevada a la máxima potencia

Hoy vamos a recordar a un ciclista de la época de Indurain. Antes de llegar a profesional logro un Diploma Olimpico en los J.J.O.O. de Seul. 
De fuerte carácter y muy querido por la afición (no tanto por sus compañeros de profesión), este fabuloso sprinter paso por varios equipos durante su andadura profesional casi a equipo por año. Algunos equipos tan destacados como el Carrera, Polti o el Lotto. Ganador de 9 etapas en el Tour, 7 en la Vuelta y 1 en el Giro. 


Corrió 15 grandes rondas siendo lo más destacado (victorias a parte) sus caídas, abandonos y su pundonor para hacerse con 5 maillots por puntos, 3 de ellos en la ronda Gala.
Su rivalidad con Cipollini fue mítica. El sprinter italiano llego a comentar que cuando oía una caída detrás suyo en una volata no le hacía falta girar la cabeza para ver quien se había caído. 
Su caída más importante fue la de la última etapa del Tour de Francia de 1991, cuando se fue solo contra las vallas, rompiéndose la clavícula. Tuvo que cruzar la linea de meta andando, ya que era el portador del maillot verde y debía de finalizar la etapa para obtener la victoria final.



Fue un pionero en un país del que a penas conocemos algún ajedrecista, se decía que eran las piernas más musculadas del pelotón profesional, efectivamente hablamos del uzbeco Djamolidine Abdoujaparov, no lo voy a volver a escribir que tiene tela.

Sus mas de 60 victorias como profesional vienen dadas en su mayoría por su tremenda potencia que atajaba su poco sutil estilo y técnica.
Con la edad perdió algo de velocidad y se dedicó a cazar etapas a través de escapadas en grupos pequeños o atacando a pocos kms de meta, como han hecho otros muchos sprinters en su carrera.
Tras varios escándalos relacionados con el dopaje, terminó retirándose tras un positivo en 1997.

Por El Obstinado Aguador

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