Ayer me acerque hasta Bandujo, una de las subidas más bonitas y duras de Asturias, y que hacia más de dos años que no visitaba.
Salgo de Oviedo a media tarde y tomo dirección Trubia por la general y una vez allí me desvió hacia Proaza, y voy remontando tranquilamente el valle por terreno cómodo. Una vez pasado Proaza llego al desvío donde comienza la subida a Bandujo, que comparte el primer km con la vertiente sur de La Cruz de Linares.
El primer km transcurre por una estrecha garganta y con pendientes por encima del doble dígito. Después de desviarme hacia Bandujo, hay un pequeño descansillo, lo justo para coger algo de aire antes de que vuelvan las rampas duras, como en toda la subida, con pendientes superiores al 10%.
Estos kms atraviesan un bosque, pero al llegar a Proacina la subida se abre y las vistas son preciosas.
En Proacina tengo otro descansillo y después llega un nuevo km muy duro desde el que se puede ver la subida a La Cruz de Linares al fondo con Proacina en primer plano.
Supero un nuevo collado y tengo un tramo de bajada donde supero los 70kms/h sin dar ni un pedal, va a costar subirlo a la vuelta, jajaja.
Tras la bajada llega el tramo del mirador, el más duro de la subida, con medio km al 15% de media, y que se hace muy duro. Pero las magníficas vistas y el bonito entorno y trazado lo hacen más llevadero.
Después de la zona del mirador la pendiente se estabiliza en el 10-11% y tras poco más de un km corono. Ya había subido dos veces aquí, pero nunca había bajado hasta el pueblo, y no sabía lo que me había perdido. Son casi dos kms de bajada muy pronunciada (que también se hace durísimo para volver) con unas vistas del valle espectaculares, grandes precipicios, picos, rocas, bosques y al final el precioso pueblo de Bandujo. La subida es preciosa, pero la bajada al pueblo es sencillamente increíble.
Ya solo quedaba bajar a Proaza con esos repechos tan prestosos que hay intercalados en la bajada y deshacer el camino andado hasta Oviedo.
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